Historia
El talento asháninka que no se rinde y anhela convertirse en maestro bilingüe
Luis Arenas a los 38 años ingreso a la universidad para estudiar Educación Intercultural Bilingüe.
Junín.- Es un ejemplo de constancia que no se rinde ante las adversidades para lograr su sueño: ser maestro bilingüe que enseña en las comunidades nativas alejadas de la Selva Central. Luis Arenas es miembro de la etnia asháninka y gracias a su esfuerzo ingreso a los 38 años a la universidad y ahora, cuatro años después, está a punto de lograr su meta. Conozcamos su historia.
Luis Arenas Azua recuerda las veces que tuvo que permanecer afuera de las panaderías, junto a sus cinco hermanos, para conseguir algo de pan. Su situación económica era tan precaria que, al culminar el colegio, no pudo cumplir su sueño de convertirse en profesor, como lo soñaba desde niño. Durante muchos años pasó por trabajos eventuales en el rubro de la construcción, hasta que, en el 2019, a punto de cumplir 39 años, decidió no postergar más su felicidad y postular a la carrera de Educación Intercultural Bilingüe en la Universidad Nacional Intercultural de la Selva Central Juan Santos Atahualpa, en Junín.
“Mi situación económica siempre fue dura. Pese a que mis padres nos intentaban dar todo lo que podían, muchas veces no teníamos ni para comer”, recuerda Luis, quien nació en la comunidad ashaninka de Puerto Ocopa, en la región Junín. A sus 42 años, el talento cursa el octavo ciclo de su carrera y es uno de los primeros puestos de su promoción, lo que también le ha permitido ser ganador de la Beca Permanencia del Programa Nacional de Becas y Crédito Educativo (Pronabec) del Ministerio de Educación.
La historia de Luis Arenas es un ejemplo de superación, ya que nunca dejó de soñar y, de alguna u otra manera, intentó seguir su vocación. “Desde muy niño me gustaba enseñar, miraba a mis profesores y los admiraba. También sabía que tenía el talento de ser una persona que le gustaba explicar. Entonces, cuando fui creciendo mis vecinos me solicitaban que les enseñe a sus hijos. Así que, a veces, en una casa se reunían unos 10 niños para recibir clases. Pero nunca lo hice por dinero, sino porque amaba hacerlo”, recuerda.
Otro logro que tuvo Luis fue en la universidad, cuando consiguió ser ganador de la Beca Permanencia, dirigida a estudiantes de universidades públicas con buen y alto rendimiento académico y clasificación socioeconómica de pobreza o pobreza extrema, según el Sistema de Focalización de Hogares (Sisfoh). Para postular a este concurso no hay límite de edad y los ganadores tienen cubiertos los gastos en alimentación, movilidad local y útiles de escritorio.
“Esta beca me ha ayudado tremendamente porque me ha permitido dedicarme solo a estudiar. Pero, sobre todo, esta beca fue una alegría para mis padres. A mi padre fue al primero que le conté cuando gané la beca y fue la primera vez que lo vi derramar una lágrima”, recuerda Luis, quien es el único universitario de su familia.
Al ser tan cercano a su padre, la muerte de este, ocurrida en el 2020 a causa del covid-19, afectó tanto a Luis que pensó en dejar la carrera, aunque luego supo convertir su dolor en el impulso para no rendirse y seguir adelante. “Lo tengo muy presente. No quise saber nada de la universidad e incluso envié un mensaje de justificación ante mis faltas porque yo también me había enfermado de covid-19, pero sé que él estuvo presente y me dio la voluntad para volver a estudiar y cumplir mis metas”, agrega.
Así que Luis Arenas aún tiene muchas metas por cumplir. Viene realizando sus prácticas preprofesionales en una escuela primaria del distrito de Mazamari y pronto se convertirá en un docente que promueve la interculturalidad en los niños. Su objetivo es viajar a las cuencas de los ríos Tambo y Ene, donde hay niños de comunidades nativas ashaninkas que no suelen recibir educación. “Sé que la realidad de esa zona es muy triste, están prácticamente incomunicados y eso me motiva más a pasar mis días enseñando allí. Quiero aportar a su educación, porque yo también he vivido así”, afirma el talento, quien ha demostrado que nunca es tarde para cumplir lo que uno se propone.
El teatro como medio de educación intercultural
Luis viene preparando un proyecto, junto a un grupo de compañeros de su universidad, para promover la interculturalidad en los niños de una escuela intercultural bilingüe del distrito de Pichanaqui. Consiste en usar las técnicas del teatro para que el niño pueda expresarse con mucha seguridad, a través de su voz, entonación y movimientos corporales, en su lengua nativa, así como en el castellano.
“El trabajo final será una obra de teatro en la que participen los alumnos de todas las secciones. Las clases que les brindaremos iniciarán en febrero y serán totalmente gratuitas. Estamos pensando que el tema que se aborde sea el nacimiento de la comunidad ashaninka”, cuenta el talento.
Cabe destacar que este proyecto forma parte del curso de proyección social de la Universidad Nacional Intercultural de la Selva Central Juan Santos Atahualpa (uniscjsa.edu.pe) , en la que estudia Luis. Esta casa superior de estudios se creó en el 2010 y cuenta con 4 escuelas profesionales: Ingeniería Civil, Ingeniería Ambiental, Administración de Negocios Internacionales y Educación Intercultural Bilingüe.
Luis recuerda a los jóvenes que nunca dejen de luchar por sus sueños, así piensen que es tarde. “A estas alturas de mi vida estoy estudiando una carrera. Entonces, lo que puedo decir es que no hay un tiempo específico para seguir aprendiendo, para cumplir lo que queremos. Pero sí, jóvenes, aprovechen la edad que tienen porque tendrán muchas más oportunidades”, recomienda.
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