Jefferson Farfán Revela inyecciones para jugar pese a lesión grave

Jefferson Farfán, uno de los máximos referentes de la Selección Peruana, reveló los sacrificios que realizó para mantenerse en el fútbol profesional, pese a una grave lesión en la rodilla.

Gracias a su entrega, la Bicolor logró clasificar a un Mundial tras 36 años, pero pocos conocen los retos personales que enfrentó durante esa etapa.

En una entrevista reciente, el exjugador de Alianza Lima confesó que debió aceptar ser suplente en los últimos años de su carrera, algo que le resultó emocionalmente difícil.

Para lograr minutos en la cancha, dependió de inyecciones que le permitían jugar al menos 15 minutos por partido.

“Nunca había sido suplente, pero mi rodilla no me ayudaba. Me inyectaba antes de cada encuentro. Todos en la Selección y el profe Ricardo Gareca lo sabían”, afirmó.

Tras su retiro, Farfán aseguró que su condición física ha mejorado, ya que dejó atrás los movimientos bruscos exigidos por la competencia.

Aunque ahora disfruta de jugar ocasionalmente, se muestra más enfocado en su bienestar personal. “Me meto a una pichanga de vez en cuando, pero ya estoy tranquilo”, comentó.

En un emotivo pasaje de la entrevista, Farfán recordó cómo Alianza Lima lo internó en la casa hogar del club cuando era adolescente.

Esto lo ayudó a redirigir su vida y enfocarse en el fútbol, impulsado por el sueño de comprarle una casa a su madre. “Esa decisión me hizo reflexionar y cambió mi futuro”, expresó.

La trayectoria de Jefferson Farfán refleja no solo su dedicación al deporte, sino también su capacidad para superar adversidades físicas y personales, convirtiéndose en una figura admirada tanto dentro como fuera de la cancha.