Muerte en Madre de Dios

Segundo defensor ambiental asesinado en la Reserva Comunal Amarakaeri

El mecanismo de protección a personas defensoras de derechos humanos del Ministerio de Justicia no fue suficiente para proteger su vida.

Madre de Dios.- Para Walter Quertehuari, presidente del ente Ejecutor del Contrato de Administración de la Reserva Comunal Amarakaeri (ECA Amarakaeri), organización indígena que coadministra el área junto con el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp), la muerte del poblador indígena no es otra cosa que un atentado contra una comunidad que lleva años peleando la ampliación de su territorio.  

El cuerpo del defensor ambiental Gerardo Keimari Enrique fue hallado sin vida y tendido boca abajo a orillas del río Madre de Dios —en el distrito del Manu, región Madre de Dios— a unos pocos metros de la comunidad indígena Shipetiari, en medio de la Reserva Comunal Amarakaeri. 

Este, fue encontrado por su hermano Javier Keimari, integrante del Comité de vigilancia y control de la comunidad. La Fiscalía Penal Supraprovincial Especializada en Derechos Humanos e Interculturalidad de Cusco realizó el levantamiento del cadáver al día siguiente y trasladó el cuerpo hasta la ciudad de Cusco para realizar la necropsia. Los resultados del estudio que determinará las causas de la muerte se conocerán en los próximos días. 

Unos meses antes de la muerte de Keimari, el 14 de agosto, 17 pobladores matsiguengas de la comunidad Shipetiari, entre ellos la víctima, que cumplían labores de vigilancia comunal, recibieron garantías personales por el riesgo al que estaban expuestos. De hecho, el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos (Minjus) activó el Mecanismo intersectorial para la protección de las personas defensoras de derechos humanos tras el ataque a los vigilantes comunales el 26 de julio, durante un ingreso a campo con un equipo de técnicos del Gobierno Regional de Madre de Dios y del programa de conservación de bosques del Ministerio del Ambiente que cumplían las tareas de georeferenciación del territorio como parte del proceso de ampliación. 

“Fuimos interceptados por más de 25 personas quienes se encontraban armados con escopetas y otras armas de fuego, apuntándonos directamente y amenazándonos de muerte, indicando que desistamos de nuestra solicitud de ampliación, ya que ellos habrían solicitado esas áreas durante el año pasado ante la Gerencia Regional Forestal y de Fauna Silvestre para obtener una concesión forestal”, se lee en el parte policial al que Mongabay Latam tuvo acceso. 

La denuncia contra 16 personas y los que resulten responsables, por el delito de tentativa de homicidio contra los integrantes de la comunidad Shipetiari, fue presentada el 26 de julio ante la Fiscalía Penal Supraprovincial Especializada en Derechos Humanos e Interculturalidad de Madre de Dios. Alrededor de dos semanas después, la Prefectura de Madre de Dios les otorgó las garantías personales. Estas, sin embargo, no fueron suficientes porque las amenazas contra el defensor ambiental Gerardo Keimari continuaron. “En setiembre, Gerardo Keimari me contó que lo estaban amenazando porque dicen que él dio los nombres de las personas a las que denunciamos. Y en menos de un mes, aparece muerto. Creemos que su muerte es un atentado contra la comunidad”, dijo la lideresa de la comunidad Shipetiari, Rufina Rivera. 

Keimari Enrique trabajaba como hotelero del albergue el Dorado —a una hora por río de la comunidad, cerca de la Reserva Comunal Amarakaeri. También apoyaba a la comunidad Shipetiari en las tareas de vigilancia comunal. Con su muerte deja a su esposa e hijo de tres años huérfanos.

Fuente: El búho


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