Pucallpa.- En una decisión histórica, el Poder Judicial dictaminó una sentencia de 28 años y 3 meses de prisión para los empresarios madereros Hugo Soria Flores y José Estrada Huayta, en calidad de autores mediatos, así como para los hermanos Josimar y Segundo Atachi Félix, catalogados como coautores del trágico suceso conocido como el caso Saweto.
Estos individuos fueron hallados culpables del delito de homicidio calificado en el lamentable asesinato de los líderes indígenas Edwin Chota, Leoncio Quintisima, Jorge Ríos y Francisco Pinedo.
La condena incluyó también el pago de una reparación civil de 200,000 soles a favor de los familiares de las víctimas, estableciendo una suma de 50,000 soles por cada deudo afectado.
Este veredicto se logró como parte de un nuevo proceso judicial iniciado en noviembre de 2023, luego de que la Primera Sala Penal de Apelaciones de Ucayali anulara la sentencia previa emitida contra los imputados.
La Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (Aidesep) celebró esta decisión en sus redes sociales, destacando que representa un paso significativo tras una década de impunidad y estableciendo un precedente importante para futuros casos de asesinatos de defensores indígenas.
Por su parte, los ministerios de Justicia y Derechos Humanos y de Cultura respaldaron la sentencia como un avance crucial en la lucha contra la impunidad y la búsqueda de justicia para las familias afectadas.
Destacaron el valor de este fallo como un reconocimiento a la lucha de los pueblos indígenas que defienden sus territorios y comunidades.
En septiembre de 2014, los líderes indígenas de la comunidad nativa Alto Tamaya-Saweto fueron brutalmente asesinados tras recibir múltiples amenazas de madereros ilegales.
El ataque ocurrió cuando se dirigían hacia Apiwtza, en Brasil, para asistir a una reunión en defensa del bosque.
Esta sentencia representa un paso significativo en la lucha por la justicia y resalta la importancia de proteger a los defensores ambientales y culturales que enfrentan riesgos al proteger sus territorios ancestrales.
La resolución del caso Saweto es un recordatorio claro de la necesidad de proteger y valorar la diversidad cultural y ambiental de nuestros pueblos indígenas, así como de garantizar que los responsables de crímenes atroces como este rindan cuentas ante la ley.